Transferencia Tecnológica: Errores más comunes y cómo corregirlos [Para universidades]

¿Por qué la transferencia tecnológica se ha convertido en los últimos años en uno de los principales dolores de cabeza de las universidades ? ¿Por qué sólo un 10% de las tecnologías que se desarrollan en la universidad logran ser transferidas?
Son muchos los componentes que marcan la transferencia tecnológica, como la escalabilidad comercial, contactos con la industria, regulación, financiamiento, por citar solo algunos. Sin embargo, muchos de los problemas obedecen a una falta de estructuración del proceso y por ello no aciertan en los resultados.
A nuestro juicio estos son los cuatro principales errores a la hora de hacer transferencia tecnológica y te sugerimos cómo superarlos.
#1 No existe alineación de la investigación con la industria
La transferencia tecnológica se resume en palabras castizas como el proceso de “venta” (o alquiler) de una tecnología.
Está claro que vender no es algo sencillo y mucho menos cuando se trata de tecnología. Tal vez recuerdes la historia de Chris Gardner en la película En búsqueda de la felicidad, interpretada por Will Smith. En esta película Smith refleja muy bien lo que significa tratar de vender un producto/tecnología que nadie quiere y que a “nadie” le sirve, demostrando lo “suicida” que puede llegar a ser esta tarea.
Si por un lado tenemos en cuenta las pocas destrezas en técnicas de venta por parte del personal académico de la universidad y le sumamos el material “invendible” desarrollado por la mayoría de investigadores, estaríamos siendo muy injustos e incoherentes en solicitar resultados al personal encargado de la transferencia.
Por eso, el primer paso para hacer transferencia tecnológica está en que las OTRI (OTL, OTT, etc.) abran constantemente los ojos de sus investigadores y de manera sistemática les muestren las necesidades que hay en la industria y sacar oportunidades de allí.
Es importante que la universidad identifique los “dolores” de la industria, ¿dónde el empresario está perdiendo dinero?, ¿dónde hay oportunidades? y lanzar una estrategia de desarrollo tecnológico Market Pull.
Para ello elaborar Estudios de Mercado resulta una tarea fundamental, pues basados en ellos podemos determinar qué líneas de investigación deben ser priorizadas, teniendo en cuenta variables como:
- Atractividad del mercado (Volumen actual y esperado)
- Grado de interés tecnológico (Estado de la tecnología)
- Líneas de investigación estratégicas (Que cuenten con financiamiento)
- Capacidades internas de los grupos de investigación (inventario de I+D de la Universidad)
#2 Incentivos no alineados con la transferencia tecnológica
Cuando las políticas de incentivos por producción intelectual de las universidades se enfocan principalmente en la publicación y producción literaria, indirectamente, se está perjudicando la transferencia tecnológica.
Y es que no basta con tener incentivos por publicar, patentar, proteger o transferir. Es necesario que los incentivos se vinculen a la investigación y generación de resultados para temas de alto interés para la industria. En efecto, son pocas las universidades que invierten en estudios de priorización y que bonifican a sus investigadores por tener inmersión total en proyectos de estas líneas.
En este sentido, el punto de partida pasa por modificar el plan de incentivos y motivar de esta forma a sus investigadores a producir tecnología en los ejes temáticos priorizados y alineados con las verdaderas necesidades de la industria.
#3 No aplican la Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva
Parece mentira pero muchos científicos todavía no examinan lo que ya está inventado antes de iniciar una investigación y terminan “descubriendo” que en sus resultados no hay alguna novedad.
Hugo Cedrá lo precisa en su artículo “El derroche de reinventar la rueda”: cada año se deniegan 300.000 solicitudes de patente en todo el mundo porque pretenden reivindicar una solución técnica ya conocida.
Y es que no es un secreto que para desarrollar una buena tecnología, es importante hacer buena investigación… Y el primer paso de una buena investigación es hacer un buen estado del arte. Lo indispensable en este punto es acceder y analizar información científica y tecnológica de calidad, que permita entender el estado actual de la tecnología; quiénes son, dónde están, quiénes son los que más patentan/publican, cómo lo hacen,etc.
Un proyecto de investigación, basado solo en publicaciones científicas tiene en promedio 4 o 5 años de atraso a nivel tecnológico, pues el requisito indispensable para que se otorgue una patente, es que la tecnología tenga total novedad y no se haya sido divulgado anteriormente.
Por ello es muy importante que los investigadores estén en la capacidad de desarrollar estados del arte utilizando la tecnología vigilancia tecnológica. La universidad en este sentido puede invertir en diseñar un modelo de vigilancia tecnológica que le brinde soporte a esas necesidades.
Sergio Cerda
Muy buen artículo, gracias
9 mayo, 2019